Síntomas y prevención del cáncer del cuello uterino
El cáncer del cuello uterino se puede prevenir. Afecta a un órgano que se puede ver fácilmente durante un solo examen ginecológico y hay herramientas para detectar los síntomas del cáncer del cuello uterino que preceden al cáncer y la infección con el virus del papiloma humano (VPH), que es una de las causas necesarias, pero no suficiente, para el desarrollo de este cáncer del cuello uterino. Además, también podemos prevenir ciertas infecciones con una vacuna contra los dos tipos de VPH más frecuentes. El VPH y su función en la aparición del cáncer del cuello uterino
Los VPH son una familia de virus muy generalizados en la población, que pueden infectar la piel y las membranas mucosas. El virus se transmite principalmente por contacto sexual. Es una infección común, que no presenta síntomas de cáncer del cuello uterino y se resuelve espontáneamente. Casi el 75% de las mujeres habrán contraído esta infección por lo menos una vez en su vida. En algunos casos, puede causar alteraciones benignas (condilomas) e incluso lesiones que se pueden transformar en cáncer del cuello uterino si no se tratan.
Hay unas 13 cepas de VPH que son las responsables de los cánceres del cuello uterinos. Son VPH de alto riesgo oncogénico. Pueden transcurrir de veinte a treinta años entre la contracción de la infección y el desarrollo del cáncer del cuello uterino; por eso, los cánceres que afectan a las mujeres entre los 45 y los 50 años de edad se deben a infecciones contraídas durante la juventud.
Prueba de Papanicolaou y prueba del VPH: sinergia para prevenir el cáncer del cuello uterino
El cáncer del cuello uterino siempre está precedido por una infección por VPH y alteraciones precancerosas. Para detectarlos, se usan dos herramientas simples: la prueba de Papanicolaou y la prueba del VPH.
Hasta ahora, la prueba de Papanicolaou se ha utilizado como la primera prueba de detección ginecológica para prevenir el cáncer del cuello uterino. Si la prueba de Papanicolaou es anormal, se recomienda la colposcopia para observar alteraciones visibles en el cuello uterino. Estas alteraciones suelen ser precancerosas y pueden eliminarse con una pequeña operación. Se puede efectuar un análisis para identificar la presencia de VPH oncogénicos.
La prueba de VPH se usa sola o en combinación con la prueba de Papanicolaou para detectar el cáncer del cuello uterino y es muy útil para las mujeres que no tienen un factor de riesgo conocido o la infección por VPH, lo que les permite realizarse exámenes ginecológicos años más tarde. Las pacientes con resultados positivos en esta prueba, deben realizarse potros análisis más detallados, como por ejemplo la prueba de Papanicolaou o la colposcopia. Si la prueba de VPH arroja un resultado positivo, esto no significa que la paciente está infectada y transmite la enfermedad; el propósito de la prueba es indicar qué tipos de análisis posteriores serán necesarios y con qué frecuencia, para prevenir el cáncer del cuello uterino.
Vacunas contra el VPH
Hace ya algunos años disponemos de la vacuna contra los VPH 16 y 18, responsables del 70% de los casos de cáncer del cuello uterino. Se ha demostrado que resulta eficaz para prevenir los precursores del cáncer del cuello uterino relacionados con los VPH 16 y 18. El beneficio máximo se obtiene antes de la exposición al VPH, algo que generalmente ocurre con las primeras relaciones sexuales. Por este motivo, se recomienda darles la vacuna a las niñas a los 11 años, para quienes es gratuita, aunque está aprobada a partir de los 9 años de edad.
Se puede administrar a niñas y mujeres que ya hayan tenido relaciones sexuales y ha demostrado su eficacia a la hora de prevenir la recurrencia de las alteraciones del VPH en mujeres que ya han sido tratadas por este motivo. Sin embargo, la eficacia de la vacuna se reduce si hay una infección por VPH 16 o 18 en el momento de la vacunación. La vacunación comprende tres dosis intramusculares dentro de un periodo de 6 meses. La vacunación también se puede administrar a los varones jóvenes de hasta 25 años.
La vacunación y la detección mediante pruebas de VPH y pruebas de Papanicolaou son sinérgicas a la hora de prevenir el cáncer del cuello uterino
El diagnóstico de cáncer de cuello uterino suele ocurrir una vez que ya es invasivo, generalmente en mujeres que nunca antes se habían sometido a pruebas de detección y ya tienen síntomas de cáncer de cuello uterino, como por ejemplo, sangrado vaginal anormal, especialmente después de las relaciones sexuales. El diagnóstico de cáncer del cuello uterino invasivo se realiza con un análisis histológico, que define el nivel de infiltración y el estadio del cáncer del cuello uterino. Si el cáncer del cuello uterino ya está avanzado, el diagnóstico se realiza con un examen ginecológico que consiste en una ecografía transvaginal en 3D y una RM, que define el volumen del cáncer del cuello uterino.